Entre Piernas

Lujuria de la niña virgen, que a su edad es castigada por tener tal acto de descaro al decir que necesita sentir placer. Su primera ves será en un futuro cercano, y al contrario de lo que piensa su madre, nunca se habrá de sentir más pura que en ese momento. Su hombre le ha quitado la desdicha de ser una flor, y ella se lo agradece. Su familia le dará la espalda, ya que para ellos será un pecado capital. Su corazón será iluminado, y no entenderá como algo tan lindo y lleno de amor podrá ser causante de tanto revuelo en la iglesia donde profesa su fe. Ahora su fe estará puesta en un acto ilícito para los ojos de la comunidad. Para ella, no hay lujuria más divina que estar con su hombre entre sabanas limpias, llenas de deseo y placer.